Amor a las tetas

Cuenta la leyenda que un forense, tras contemplar el cadáver de una bella modelo de cuya boca sobresalía el envoltorio de un polo Flash, exclamó "¡coño! esto sí es publicidad, y no lo que hace la Coca Cola".

Si es que a veces es mejor decir las cosas a la cara, sin paños calientes. Así lo han hecho en Chile.

A simple vista, cualquiera diría que estamos ante un anuncio de cerveza. Pues no... en esta ocasión, para cambiar un poco, no se usan rubias para vender rubia. La campaña es para ¡¡¡la prevención del cáncer de mama!!!

Ahora resulta que la responsabilidad de la salubridad de una teta recae en el dueño de la mano que la soba. Cuando los montes en España arden, se dice que las cosas que no valen no se cuidan... Se conoce que este mensaje ha calado hondo en Chile, y la mejor manera de que se cuiden las tetas es pasarle el mochuelo al maromo que se coloca enfrente de ellas.

La administración chilena ha decido obviar cualquier relación entre las tetas y sus portadoras naturales. Viendo el spot, lo único que les corresponde a ellas es subir o bajar camisetas. Con un par.

Nariz de ensueño

Japón es ese maravilloso lugar en el que todo es posible. Se han colocado ellos solitos como líderes del mundo y siguen llenos de complejos. Uno muy común lo tienen las japonesas con sus narices.

Lo habitual es respirar por un órgano chatillo y caído, cuando lo que gusta es algo más respingón y erecto (seguimos hablando de narices). País de oportunidades, para aquellas que contemplen con dolor extremo como su nariz se aleja de los cánones impuestos por Michael Jackson, Latoya Jackson y Paloma San Basilio (es lo que tiene ir al "cirujano de las estrellas", que luego las estrellas son todas iguales), ha llegado por fin la solución. Es la mariposa nasal. En los ochenta arrasó la mariposa cervical, y ahora le llega el turno a la nasal.

No se quede sin la suya!!! ¿Quién quiere respirar a gusto cuando el premio es una nariz afilada como la punta de una navaja? Solo hay que llevarla puesta entre ocho y diez horas al día y en cinco o seis años los primeros resultados empiezan a ser visibles.

Ya sabemos qué le hizo falta a Belén Esteban cuando se hizo la reforma integral de pituitaria. Con esta mariposilla y su caja "De Luxe", no hay nariz que se resista. Pronto veremos sus efectos y viviremos rodeados de protuberancias nasales nada protuberantes.

Atracón de gambas

Cómo está esto de la crisis... La prima de riesgo, que no sabemos si es prima por tonta o por divisible por ella misma, el déficit, Ángela Merkel dándonos a base de bien con aquello de "una vez metido, nada de lo prometido". Vamos, que el país está para venderlo por Ebay... y no es para menos.

Si no fuera suficiente todo lo que se dice de la crisis y la cantidad de veces que oímos que vamos cuesta abajo y sin frenos... llegan los del restaurante La Chalana y nos plantean esta jugosísima oferta:

Partir las gambas entre cuatro es poner de manifiesto que a este país ya no le queda nada. Y nosotros que pensábamos que en 2020 se acababa la crisis... somos tan pobres que solo servimos para hacer fronteras.

Comerte un gato pero con clase

Es verdad... estamos en crisis... pero ¿nos vamos a empezar a comer a los gatos? Cuando el hambre aprieta, uno se come cualquier cosa. Los deportistas de Viven, se comen al de al lado... pero querer vendernos gato como un alimento Gourmet, puede llamar la atención de aquellos que no frecuentan los restaurantes chinos.

¡Qué tiempos cuando se decía "dar Gato por Liebre"! Ahora dan gato por gato, y encima "A la Carte", o sea, que puedes elegir cómo quieres el gato, aunque seguramente estén pensando ya en el menú del día de gato, que al final sale más barato.

Vaale... es un anuncio de comida para gatos. Estamos tan acostumbrados a que los gatos coman mejor que muchas personas, que a nadie le llama la atención que un gato tenga un cocinero Chef que inspire sus recetas. Eso sí, no han tenido los cojones suficientes para pedirle a Ferrán Adriá que firme las recetas. A eso no hemos llegado... de momento.

Comercio online - Todo Claro

El comercio on line parece ser una de las salidas a la crisis. Todo se hace ahora por Internet. O se compra el producto a una web radicada en China o se le compra al chino que ya está aquí. Todos los gurús dicen que hay que trabajar mucho para que el consumidor pierda el miedo a comprar por Internet. Ahora, en algunas webs ya no te cobran por las devoluciones, no te cobran por los envíos… claro, para el que se lo crea, lo que sucede es que en el precio de lo que compras cargan todos los gastos…

Bueno, pues aquí tenemos la web de Kiabi, una potente firma con muchas tiendas, con buenos precios (por lo que el Made in China no hay ni que decirlo) pero con algún que otro problema de comunicación.

Esto es lo más… zapatos, 100% de “cualquier otro material”, 100% forrados con “cualquier otro material”, con una suela de lo mismo y, encima de todo, más 100% de “cualquier otro material”. Jope… esto es mojarse con el consumidor. Creo que me los voy a comprar. No me gustan demasiado, pero los pienso pedir contra rembolso y pagar “con cualquier otra moneda”… como la del Monopoly, unas liras italianas que tengo en un cajón o un puñado de rupias.